Dulces, bridge building y buen rollo en el trabajo

Dulces, bridge building y buen rollo en el trabajo

Imagen de Pilar

El lunes por la mañana, con la resaca de San Valentín y un viento apocalíptico que azotaba Málaga, nos esperaba en la oficina una sorpresa en forma de azúcar: los chicos de Prodigia nos habían preparado una caja rellena de chuches, chocolates y una flor de gominola para cada una de nosotras. Alguno podrá pensar que después de San Valentín, el asunto podría provocar una sobredosis de azúcar, pero a nosotros, que nos gusta todo lo que sea dulce y pensamos que cualquier ocasión es buena para comer, nos encantó la idea.

Detrás de este detalle más señalado, se esconden algunos aspectos más profundos que forman parte del día a día de nuestro equipo y que están presentes en nuestra empresa y de muchas otras con ADN creativo. Se trata de la intención de construir buenas relaciones, confianza y buen rollo en el trabajo, a partir de gestos que no siempre están relacionados directamente con la actividad o tarea que estamos haciendo cada uno.

Resulta que esta forma de actuar ya tiene un nombre: bridge building, un concepto estudiado en nuestro país por Jordi Robert-Ribes y que va más allá del teambuilding, con el que más o menos todos estamos familiarizados. El teambuilding  persigue la mejora de las relaciones entre los miembros de un equipo. El bridge building tiene como objetivo, además, crear puentes duraderos entre personas de distintos departamentos o perfiles, fomentar la colaboración y crear lazos de amistad en el trabajo. ¿Por qué? Está comprobado que tiene efectos positivos en la productividad de la empresa, pero también, y principalmente, en la retención de talento.

El buen ambiente en el trabajo influye en el deseo de los empleados y directivos de permanecer en un equipo, o abandonar en busca de otras oportunidades. La relación con los compañeros de oficina es un factor clave en la retención de este talento e influye en la relación entre empleado y compañía/marca.

Por eso, fomentar la amistad y el buen rollo en el entorno laboral es ahora un objetivo de los expertos en recursos humanos y gestión de equipos. Pasamos muchas horas al día en nuestro puesto de trabajo y el bienestar emocional individual de cada miembro del equipo influye en los resultados y también en el del conjunto.

Conexión, naturalidad, empatía, generosidad, y predisposición a echar un cable son algunas de las actitudes que los responsables de gestión de equipos persiguen fomentar en grupos más amplios, mientras que en startups y empresas de nueva creación es más fácil que venga “por defecto” por el propio carácter de estas compañías.

¿Y qué tienen que ver la chuches en todo esto? Recibirlas y compartirlas hace que estemos más contentos en el trabajo, que estemos agradecidos por un detalle y que también nos sintamos vinculados a nuestros compañeros. Potencian la confianza y cercanía, lo que nos prepara también para afrontar otras situaciones del día a día laboral con más naturalidad. Un estudio de la Purdue University (Indiana, USA) demuestra que los equipos que funcionan mejor son aquellos “que conectan mejor a nivel emocional entre ellos, que tienen empatía y que se ayudan”. Si os llama la atención el tema y queréis leer más, os recomiendo este artículo de S Moda sobre la amistad en el trabajo.

Nuestro estado de ánimo depende de muchos factores y está claro que no todo tiene que ver con nuestro trabajo. Pero, ya que pasamos unas horas a diario en la oficina, y que la manera en que nos encontremos allí dentro influye en la actitud con la que nos levantamos cada día, es importante construir un entorno agradable con nuestros compañeros. Si lo piensas, seguro que hay muchos otros tipos de “chuches” con las que tú mismo puedes mejorar el ambiente en la oficina. 

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