Novela de ficción: "Trascendental, el Lego de la realidad". Capítulo 2: Los límites de la imaginación
ÍNDICE
Capítulo 1: El test de la Manzana.
Capítulo 2: Los límites de la imaginación.
Capítulo 3: Nano impresión 3D.
Capítulo 4: El puzzle de la materia.
Capítulo 5: La nueva moneda.
Capítulo 6: Nano clonación de órganos.
Capítulo 7: Ética y nanotecnología.
Capítulo 2: Los límites de la imaginación
Tras el júbilo, abrazos y brindis del primer experimento, todo el equipo hizo acopio de motivación e ilusión para proseguir con la investigación.
Conozcamos más de cerca a este equipo de talentos:
Atanasio se sentía realizado. Después de más de una década, por fin estaba haciendo algo trascendental para él. Siempre tuvo una visión sobre sí mismo: generar los suficientes ingresos para poder dedicarse a investigar esas ideas transhumanistas, por las que sentía una responsabilidad personal para su exploración, como si estuviese predestinado.
Susana era pura motivación. Además de ser una chica con talento, tenía una simpatía que contrastaba con el mito de ratón de laboratorio. Era materia gris (inteligencia) ligada a un encanto de niña. Su "chispa" contagiaba a todo el grupo, contribuyendo a generar un ambiente de equipo muy saludable. Era morena, de pelo liso brillante, ojos grandes marrones y una llamativa sonrisa enmarcada por labios carnosos. Físicamente lucía una silueta delgada, solía correr casi a diario y se mantenía en buena forma marcando una bonita línea. Una belleza en todos los sentidos.
Fernando, el ingeniero del equipo. Se sentía atraído por los encantos de Susana, pero su timidez y el respeto profesional que sentía hacia ella, le cohibían para expresarle sus sentimientos. Se encargaba de los sistemas de información, configuraciones de los equipos, programación de los procesos. Era la parte técnica del equipo, que daba soporte a todos y contribuía con su ingenio y capacidad analítica. Tenía 24 años y había finalizado la carrera el curso anterior. Inteligente, racional, metódico y de porte llamativo por su estatura que rondaba 1,90 m.
Físicamente Fernando era un chico atractivo. Sin embargo a Susana le atraían más las personas misteriosas, emotivas a la vez, creativas..., razones por las que veía a Fernando como un potencial amante, pero del que no se enamoraría, por lo que a pesar de atisbar cierto interés por su parte, prefería no mezclar el trabajo con los placeres.
Luis era médico, especializado en ingeniería genética. Tenía 29 años. Aunque Trascendental no investigaba en ingeniería genética en sí, la similitud entre el código de los seres vivos y el código de la materia, había atraído a Luis a participar en este proyecto. Apasionado de la programación y la informática, tenía un perfil a mitad de camino entre medicina e ingeniería informática. Era un chico con una fisonomía normal, pelo corto castaño, estatura media, muy deportista y meticuloso. Solía entrenar 5 días a la semana en un gimnasio y se preocupaba por comer sano. Se llevaba varios tuppers al trabajo para comer cada 3 horas y así mantener óptimos sus niveles de glucosa y proteína en sangre, optimizando de este modo el desarrollo de su físico que trabajaba con pasión en el gimnasio. Era puro hemisferio izquierdo frontal (basado en la razón y el control). El más frío y calculador del equipo, aunque se sentía arropado por la chispa de Susana y el humor jovial del resto del equipo. Luis, al igual que todos sus compañeros también era soltero. Quizá por su exigencia intelectual, no solía permitir entrar en su vida a las chicas con las que mantenía affairs (relaciones esporádicas).
Julio era un físico encauzado en el mundo cuántico (física cuántica), que abandonó la universidad. Su CI (Cociente Intelectual) estaba muy por encima de la media, incluso de sus compañeros del equipo. Tenía 23 años, fecuentemente generaba la impresión de ser arrogante y borde. Prepotente en ocasiones, cínico y crítico con la sociedad. Solía corregir en clase a sus profesores cuando se equivocaban. No era un chico fácil de amoldar, su razón era su máxima, y las normas convencionales de la sociedad, la mayoría anacrónicas para él, no tenían cabida en su comportamiento.
A pesar de que el primer año dejó la universidad formalmente, asistía a algunas clases. Había profesores que sí conseguían motivarle y éstos se sentían agradecidos de que Julio eligiera sus clases. Se sentaba en la última fila y solía llegar tarde o a mitad de clase. No dudaba en salir de clase antes de su finalización, si ésta le aburría. Durante 3 años asistió a las clases que le motivaban. Ya en su primer curso, se metía en clases de quinto. Algunos profesores atraídos por su talento le proponían colaboraciones en sus departamentos. Aceptaba las que le interesaban y así generaba algunos ingresos que le permitían cubrir sus gastos. Claramente era un superdotado difícil de adaptar a la sociedad establecida.
Julio era pieza clave en el proyecto, ya que la física cuántica era la disciplina más compleja y el fundamento de las investigaciones. Vio en Trascendental un equipo pequeño de gente capaz e ilusionada, donde poder involucrarse en las cosas que a él verdaderamente le importaban. Concibió el proyecto como un guante a su medida, pero aclaró a Atanasio y al resto del equipo, que estaría allí sólo mientras se divirtiera y sintiese motivado.
Julio, físicamente era de estatura media y fisonomía nórdica. Tenía rasgos finos, dedos alargados como de pianista y cuerpo delgado y atlético. No le gustaban los gimnasios y sólo hacía deportes aeróbicos y normalmente solitarios: correr, nadar, cuando podía esquí y submarinismo, y sobre todo escalada, era un chico de deportes de cuerda. Sin pareja formal y bastante escurridizo en el amor. Aunque Susana le parecía un bombón, creía que no tenían la suficiente química y no se planteaba tirarle los tejos. Pensaba que había muchas chicas en el mundo para complicarse con alguien de su trabajo.
María. Licenciada en Física. Era una chica bohemia. Le "daba caña" a todos sus compañeros. Veía en Trascendental una oportunidad de contribuir con la sociedad, era su leitmotiv altruista. Menos disciplinada que sus compañeros, era más pasional y afín al lema Carpe Diem (disfruta el momento). Rubia, más bien alta y delgada, no solía hacer demasiado deporte, pero iba a nadar varias veces a la semana. No tenía pareja formal, aunque se intuía que contaba con varios amantes y debía tener buenos ingredientes en su haber sexual, ya que recibía numerosas llamadas de chicos, que en ocasiones venían a recogerla y parecían como hipnotizados. María era una dómina (ama en el ámbito BDSM). Le gustaba experimentar en todos los sentidos, y sexualmente sometía a sus amantes como esclavos, haciéndoles que la veneraran. Solía vestir prendas de cuero, botas con tacón alto... Su inteligencia emocional y seguridad rotunda cautivaban. En algunas ocasiones era "mandona" con sus compañeros y su mirada y firmeza al dar las órdenes tenían poder de convicción. Le gustaba provocar pero marcaba distancia con sus compañeros. Sólo tenía cierto respeto hacia Atanasio, a quien veía un rival interesante... por su seguridad y liderazgo. No le tiraba los tejos, pero había ciertas miradas sostenidas que podían interpretarse como un ligero tanteo...
Atanasio, que también era soltero a pesar de tener 39 años, practicaba deporte con intensidad y se mantenía delgado y jovial. Había conocido a mujeres muy interesantes con las que había mantenido relaciones de pareja, o amistad íntima. Era independiente y aunque no estaba cerrado al amor, era consciente de su nivel de exigencia en ese aspecto. Serio a la vez que chistoso y optimista, era un chico que buscaba proyectos con pasión donde realizarse personalmente. Su fisonomía era normal, caracterizada por una sonrisa que solía gustar y un atractivo particular. Por su parte, sentía que tenía un equipo excepcional y no pretendía hacer nada que lo perturbase. Las dos chicas en su equipo bien podrían ser excelentes amantes, incluso parejas, ambas tenían físico, encanto, inteligencia, coherencia y "chispa" para emocionarle, pero Trascendental era una motivación mayor, y veía a su equipo con cierto tinte paternalista. Difícilmente tendría un "affaire" con alguien de su entorno profesional, tendría que ser alguien con gran madurez, que le atrajese de un modo que hasta el momento nunca se había producido.
Atanasio organizó una tormenta de ideas (Brain Stormming) entre el equipo. Era consciente de que la materia gris de aquel grupo era muy valiosa, y de que todos podrían aportar directrices interesantes, a la vez que sentirse identificados con el proyecto.
En una sala de reuniones que era un cubo de cristal, alrededor de una mesa redonda estaban sentados los 6 miembros del equipo.
Atanasio comenzó. -Bien chicos, estamos empezando a hacer historia y tenemos una gran responsabilidad sobre nuestros hombros. Hemos decidido investigar no para una empresa, sino para la sociedad. Queremos que esta ciencia incipiente que es la nanotecnología, no sea dominada por grandes corporaciones, sino que rápidamente llegue a la sociedad y esta pueda beneficiarse de sus avances, salvando y facilitando vidas en el menor tiempo posible. Ahora ya sabemos cómo proceder, que es posible y que la ciencia ha dado el primer paso. Los caminos son casi infinitos y quisiera que definiésemos opciones y alternativas para posteriormente evaluarlas y enfocar nuestros limitados recursos.
-Aunque desde ayer a hoy, tras la nota de prensa y múltiples publicaciones científicas y en medios de comunicación que se han hecho eco del experimento, las donaciones se han incrementado notablemente, somos 6 personas y la tecnología que debemos adquirir es muy costosa. Vamos a contratar a una empresa externa para que gestione la comunicación del proyecto, y así llegar a más personas que colaboren. Necesitamos muchos más recursos para hacer nuestro sueño realidad. Debemos captar fondos de cientos de miles de personas para llegar a lo que vamos a definir en esta reunión, que sea lo que sea, estoy seguro de que será muy costoso. Tendremos que contagiar nuestra pasión a esos cientos de miles de personas cuya participación vía crowdfunding es indispensable.
-Comenzamos. Susana, ¿qué pasos propones que demos a continuación?
-Yo continuaría por la línea de alimentación. Creo que podemos depurar nuestros procedimientos, y tratar de decodificar la estructura molecular de los tejidos orgánicos. Si fuésemos capaces, de “leer” los billones de átomos que forman una manzana, podríamos replicarla exactamente igual. Fernando tienes que exprimir tu coquito. Necesitamos leer todos y cada unos de sus átomos, qué elementos de la tabla periódica son, y cómo están enlazados molecularmente. Una vez tengamos esta información en soporte informático, en una especie de matriz 3D, tendremos el Software de un tejido orgánico, es decir, su esencia o información. En "Parque Jurásico" reprodujeron dinosaurios a partir de su ADN, nosotros fabricaremos alimentos a partir de leer cómo están compuestos a nivel molecular. Si tuviésemos un dinosaurio vivo, podríamos generarlo no en meses, sino “fabricarlo” en días.
El equipo estaba entusiasmado con la pasión de Susana y sus emotivos gestos. Ya habían hablado sobre estas opciones durante el trabajo, pero Susana lo estaba sintetizando perfectamente.
-Genial Susana -intervino Atanasio-, desde luego es una línea que aportará a la sociedad un cambio de paradigma sustancial.
-El modelo de producción actual quedará obsoleto -prosigió Susana-. Se gasta 1.000 veces más energía en crear un kilo de carne. Se necesitan miles de kilos de paja, pienso y agua para crear un kilo de carne, y eso supone mucha energía, agua, tiempo, plantas... Y lo mejor, ¡no habrá que matar animales! Crearemos los filetazos de ternera desde los elementos de la tabla periódica. Imaginaos, vamos a Jabugo, compramos el mejor jamón curado a base de bellotas de la dehesa. Cogemos ese Jamón, lo analizamos y convertimos en software, es decir decodificamos su estructura molecular. Y a partir de ahí podremos construir clones de ese Jamón a un coste muchísimo inferior y sin tener que matar a ningún cerdo más.
-O sea -interrumpió Fernando- que en lugar de ir al supermercado, buscamos en google "descargar jamón de bellota de Jabugo", entramos a una web, descargamos un fichero, lo metemos en una caja parecida a un tipo de microondas, le ponemos los ingredientes de la tabla periódica necesarios, y en unas horas tenemos el mejor jamón del mundo curado y exquisito para deleitarnos... Y esto, en vez de por 300 €, por 1.000 veces menos dinero!
-¡Exacto! -exclamó Susana-. Podemos eliminar el hambre del mundo, y los costes y tiempo de llevar alimento a los países subdesarrollados. Los elementos químicos se encuentran en todos los continentes. Se comprarán como quien compra abono para las plantas, y se obtendrá la comida a un coste muy inferior, sin problemas de logística, abastecimiento, o escasez. Las sequías y plagas dejarán de diezmar a los países subdesarrollados.
-¿Pero a la gente le gustará la comida artifical? ¿No tendrá un gusto diferente a la natural? -preguntó María.
-Será molecularmente igual -respondió Susana-, imposible de detectar cuál es el original y cuál la réplica. Os pongo un ejemplo que lo aclarará. Hace un siglo si querías escuchar música, tenías que disponer de un cantante, un batería, un pianista, violinista, director de orquesta... Y podías escuchar una hora de música a un coste hora/hombre de 6 personas por hora de música, además del coste de los instrumentos... Un día, un científico descubrió cómo se propagan las ondas de sonido y creó un dispositivo (micrófono) que era capaz de convertir el sonido de la orquesta en información (codificada). Luego mediante un buen equipo de música, reproducía exactamente la música de la orquesta. Ahora tenemos las canciones en .mp3 en Spotify e Internet. Escuchar cualquier canción del mundo tiene un coste cero, y la escuchas con la misma calidad que la reproducción original.
-Cuando conviertes una tecnología en información, se generan unas economías de escala que permiten reproducirla a un coste ínfimo, cercano a cero. Lo que hacemos hoy con la música es lo que haremos en breve con la alimentación y cualquier objeto, y nos parecerá tan natural como escuchar música con nuestro Ipod!
-Susana -interrumpió María- lo que describes es la panacea contra el hambre. Sin embargo, ¿cómo reaccionarán las grandes corporaciones?. Esto hará quebrar muchas grandes empresas, pequeños productores, ganaderos, empresas de logística, los comerciantes, grandes superficies, tiendas de barrio... Estamos hablando de poner el mundo boca abajo. ¡Se va a pegar un tortazo terrible medio mundo!
-Tienes razón María -añadió Atanasio-, pero los humanos nos adaptamos al cambio. Esto ya pasó en la revolución industrial. La maquinaria dejó sin trabajo a los segadores, y realizaba la labor de cientos de personas. Sin embargo, cuando los inversores consiguen producir más eficientemente, el mercado se beneficia de precios inferiores y más progreso, por lo que destina su dinero a otros bienes y servicios, lo que genera necesidades nuevas que el mercado vuelve a satisfacer generando nueva mano de obra.
-Pasamos de que las necesidades primarias sean la motivación y generen inseguridad por tenerlas cubiertas, a comprar música, arte o irnos de vacaciones. Muchas empresas se adaptarán al cambio, las que no lo hagan desaparecerán, pero aparecerán muchas más. Se democratiza la obtención de recursos de alimentación. La sociedad dará un paso adelante.
-Algún día la energía también será gratis, y aunque grandes empresas cambien su modelo de negocio y otras caigan, los usuarios dejarán de pagar entre el 10% y el 30% de sus recursos económicos en tener luz, calefacción y desplazarse, para destinar ese dinero a otras necesidades que harán crecer el mercado y evolucionar a la sociedad.
-Económicamente hablando, esto es lo más parecido a la mayor bajada de impuestos, ya que sin incrementar los costes de producción, incrementa sobremanera la renta disponible de los ciudadanos, favoreciendo la proliferación de otros modelos de negocio que captarán esos incrementos de renta disponible. En definitiva, más necesidades básicas cubiertas a bajo precio, y mayor búsqueda de satisfacción de las necesidades de alto nivel, según la escala de Maslow.
-A ver si capto la idea -se animó a participar Luis-. ¿Queréis decir que todo se va a poder generar desde el software?. Es decir, veo un Ferrari aparcado que me gusta, lo escaneo con algo que al final irá en mi móvil. Me voy a casa, paso la información a mi caja mágica y los nanorobots en una noche me han construído con los elementos de la tabla periódica un Ferrari idéntico... ¡que estreno al levantarme!
Abriendo con lentitud sus parpados intervino Julio. -Esto va a ser divertido. Vamos a ser muy polémicos. Ya era hora de darle a la sociedad un estímulo contundente. La cuestión es. ¿Dónde está el límite?. Puedo escanear con mi móvil al gato de la vecina, o mejor aún a la vecina.
-Efectivamente Julio, aquí entra en juego la ética -añadió Atanasio-. Debemos definir los límites. ¿Hasta dónde la sociedad está preparada para disponer de esta tecnología?. ¿Y qué harían gobiernos militares de países inestables con ella?. Por eso esta reunión y las siguientes son necesarias, debemos concretar qué haremos con esta tecnología y cuál es nuestra misión.
-Entre otras cosas -añadió María intrigada-, el concepto del dinero tendrá que cambiar, ya que se podrá replicar un billete de 500 € idéntico, o un lingote de oro o un diamante. Quizá el dinero pase a ser sólo digital y estar controlado por los bancos centrales o una entidad autoregulada como Bitcoin.
-Interesante disquisición María -dijo Atanasio-. Hay mucho trabajo por hacer, y no hablamos de siglos, estamos hablando de no más de una década para poner el mundo al revés. Reflexionad sobre lo que hemos comentado y mañana continuamos. Quiero que participéis todos y configuremos en equipo las prioridades y el timing de la investigación. Necesitamos definir los hitos de la investigación, su secuencia y dependencias, asignación de recursos, y las metas que nos vamos a proponer. Fernando, tú te encargas de darle forma en nuestro gestor de proyectos. Descansad y relajaos un poco. Os recuerdo que esta noche vamos a celebrarlo de cena y quiero ver a este equipo integrado bailar y divertirse!
Capítulo 3: Fabricando realidad.
¿Habéis echado alguna vez una moneda a un mimo para que continúe moviéndose?
Si me animáis con vuestra crítica y comentarios, continuaré dando vida a estos personajes...
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