Meal Sharing y Social Dining, lo último de la Economía Colaborativa
El social dining o meal sharing consiste en compartir mesa con usuarios de internet que buscan nuevas experiencias. Esta moda, impulsada en Francia por la plataformas como EatWith o VizEat, cuenta con numerosos adeptos. Según un estudio de VizEat realizado a más de 1.400 usuarios, el 53 % estaría dispuesto a sentarse a comer con desconocidos si, con ello, degustaran platos de la gastronomía local y compartieran los gastos de la compra.
En España el estudio realizado por nuestra Spin-off SociaFood arroja unos datos más alagüeños aún, ya que el 78 % de los usuarios se anima a compartir mesa en casa de desconocidos para socializar, y el 68 % está dispuesto a abrir su casa y cocinar para desconocidos compartiendo gastos. Con todo ello se espera de la velada que sea interesante y que fomente el intercambio cultural y gastronómico en un ambiente distendido y agradable.
Compartir mesa y sobremesa, y acoger con generosidad al invitado, es una tradición fuertemente arraigada en todas las culturas desde hace milenios. Cuando viajamos a Cuba por ejemplo, nos enriquece que nos acojan en la casa de un particular degustando su cocina tradicional e impregnándonos de su cultura. Pero, ¿qué ha hecho internet para revolucionar esta costumbre? Gracias a los nuevos canales de interconexión de usuarios, los anfitriones o chefs tienen cada día más fácil recibir visitas. La tecnología ha puesto en el punto de mira la fórmula de la economía colaborativa, que ya se ha topado con determinados aspectos legales que impiden su desarrollo en algunos campos. Por ejemplo, en el de la movilidad. Plataformas como Uber han sido suspendidas en España o reguladas con medidas cautelares por considerarse competencia desleal o no aptas en materia de seguridad en el terreno de la movilidad de los usuarios.
No es el caso del meal sharing o social dining, una velada en torno a una mesa con comida que sitúa a la gastronomía local como principal protagonista de un encuentro que se espera enriquecedor para ambas partes. El origen de esta tendencia habría que encontrarlo en el conocido como couchsurfing, al menos en el aspecto moderno y conectado de la hospitalidad. Con el couchsurfing, viajeros de todo el mundo (frecuentemente con escaso presupuesto) se interconectan a través de internet con anfitriones locales que ceden un sofá o una cama donde pueden dormir gratuitamente. El agradecimiento suele venir en forma de souvenir o regalo simbólico. Los anfitriones, además, proveen a los invitados de información cultural sobre los alrededores, y frecuentemente preparan platos típicos para que disfruten de la hospitalidad y la gastronomía locales.
Si se elude el alojamiento, el couchsurfing evoluciona hacia el social dining. El almuerzo o cena compartidos como actividad social y cultural es una fórmula que se está convirtiendo en tendencia, sobre todo en España, uno de los países con más turistas del mundo y, por tanto, más atractivos de la Unión Europea para practicar la economía colaborativa. PriceWaterHouseCoopers asegura que este tipo de consumo, en sus diferentes campos, moverá 300.000 millones de euros en 2025. Una constatación de la fuerza de esta nueva forma de ver la vida y desarrollar actividades comerciales o de ocio como viajar, comer, vender o intercambiar productos de segunda mano, o alojarse colaborando con la economía local. La economía colaborativa ha venido para quedarse y cada vez penetrará en más sectores aportando alternativas y diferentes valores a los usuarios, a menudo en un concepto low-cost.
Puedes consultar nuestro post sobre Definición y tendencias de la Economía Colaborativa.
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